En este artículo, aprenderás de forma rápida y sencilla cómo rezar el rosario de la Divina Misericordia, paso a paso. Además, conocerás un poco de su historia, ya que es fundamental comprender el origen de su nombre y el inicio de la difusión de esta maravillosa oración.
Aprende a rezar rosario de la divina misericordia
La manera de cómo rezar la divina misericordia se la hace con un rosario clásico de la siguiente manera:
- Persignarse
- Luego Rezar el Padre Nuestro
- Rezar un Ave María
- Rezar un Credo.
Una vez lleguemos a las 3 cuentas rezamos la siguiente oración.

Después de llegar a la cuenta mayor comenzamos a rezar lo siguiente, y mejor si elevamos nuestra voz:

En cada cuenta pequeña recitamos las siguientes palabras:

Una vez que terminemos de rezar con el rosario de 5 decenas, se repite las siguientes palabras:

La mayoría de los creyentes reza una última oración la cual dice:
La oración a la Divina Misericordia concluye con un Salve, seguido de la señal de la cruz. Es importante destacar que esta secuencia de pasos, y esta oración tan hermosa y poderosa en sí misma, nos permiten conectar como seres humanos con el amor más divino de Cristo.
Jesucristo nos ama y posee una capacidad de perdón incomparable, además de prometernos acogida sin importar cuántas veces tropecemos.
El amor de Jesús es inmenso y, en cierto modo, aprender la oración a la Divina Misericordia es una forma de demostrarle nuestro amor y la fe que le profesamos.
Rosario de la Divina Misericordia
Es importante que conozcas la historia del rosario de la divina misericordia, ya que comenzó a difundirse gracias al diario de la santa Faustina Kowalska en 1935, a quien entonces se la conocía como “Apóstol de la Misericordia”.
Relata que tuvo una visión y fue Jesús quien le enseñó la oración, dicha oración fue:

Esta oración, breve pero de gran profundidad, nos muestra cómo Jesús nos encuentra una y otra vez. El rosario de la Divina Misericordia encarna ese sentimiento, impulsando la compasión entre las personas.
Pero hay una verdad aún más trascendente: Nuestro Señor Todopoderoso intervino en nuestro favor, enviando a su Hijo unigénito para salvar a todos los creyentes.
El amor de Jesús es el ejemplo supremo de misericordia, al entregar su vida y soportar el dolor para que todos los creyentes alcancen la vida eterna. Por lo tanto, Jesucristo es la personificación de la misericordia.
Santa Faustina relata en su visión:

El Amor de Jesús mediante La coronilla a la divina misericordia
En conclusión, queda patente que Dios sacrificó a su hijo para redimir a la humanidad, siendo el amor y la compasión los pilares de la doctrina cristiana.
Es por esta razón que Jesucristo recibe a todos aquellos que tengan fe y depositen su confianza en Él. Incluso aquellos que se alejan del amor divino saben que tienen la posibilidad de regresar, puesto que Jesús y nuestro Padre nos esperan con los brazos abiertos.
Además, los fieles que aspiren a la aprobación divina deben practicar la misericordia, un sentimiento puro que demanda desarrollo. Una forma de evidenciar nuestra misericordia hacia nuestro Señor es mostrando respeto hacia nuestros semejantes y, naturalmente, involucrándonos en actos donde la misericordia se ponga en práctica, como la celebración de la Divina Misericordia y la oración de la coronilla.
El rosario de la misericordia estaba destinado a ser conocido por todos

Tras haber conocido el origen y la historia del rosario de la divina misericordia, es evidente que dicho rosario fue creado para ser conocido a nivel mundial, debido a que, por medio de una mujer, el mensaje y la oración consiguieron ser difundidos por toda la tierra. El papa juan pablo II fue quien dio la aprobación del rosario, además fue una figura fundamental para que dicho rosario tenga la fiesta de la divina misericordia, fiesta que se realiza cada segundo domingo de pascua, justamente cuando santa faustina fue canonizada.